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19 de agosto de 2009

ROSITA ALVIREZ, CATON Y EL APOYO A CRONISTAS


¡Qué cómo chingados no!

Marco A. Orozco Zuarth
Presidente del Consejo Consultivo de la Asociación Nacional de Cronistas de Ciudades Mexicanas, A.C.


Dicen las enciclopedias que Catón fue un político, escritor y militar romano. Su nombre completo era el de Marco Porcio Catón (mi tocayo) y su apodo era El Censor (Censorius), Sapiens, Priscus o Major (El Viejo) para distinguirle de su bisnieto Marco Porcio Catón el Joven.

Este Catón se distinguió por su conservadora defensa de las tradiciones romanas en contraposición con el lujo de la corriente helenística procedente de Oriente. Es considerado como el primer escritor en prosa latina de importancia y fue el primer autor de una íntegra historia de Italia en latín. Algunos historiadores han argumentado que de no ser por el impacto que causaron sus escritos, el griego habría sustituido al latín como lengua literaria en Roma. Su manual De Agri Cultura (también llamada De Re Rustica) o Sobre la Agricultura es la única de sus obras que ha sobrevivido en su totalidad. O sea que fue todo un gran chingón.

Inicio así esta crónica, porque varios cronistas que asistimos al congreso de Coahuila preguntaban qué diantres quería decir Catón, refiriéndose al seudónimo de Armando Fuentes Aguirre, quien desde 1978, es el Cronista de Saltillo.

Pues bien, Armando Fuentes Aguirre, “Catón”, nació en Saltillo, Coahuila, es Licenciado en Derecho, licenciado en Letras Españolas. Maestro universitario; humorista y humanista. También chingón, si no lo crés, leé lo que sigue:

“Escribe todos los días de la semana, los 365 días del año (con excepción, aclara, de los años bisiestos, en que escribe los 366 días) cuatro columnas, las cuales se publican en 156 periódicos nacionales e internacionales. Cuando le señalamos el contraste que existe entre las columnas que escribe para los diarios Reforma y El Norte, tituladas “De política y cosas peores” y “Mirador”, confiesa que algún lector, ignorante de que “Catón” y Armando Fuentes Aguirre, son la misma persona, y reprobando el color de sus chistes en su columna política, le sugiere seguir el ejemplo del autor de “Mirador”, su vecino de columna”. Escribió Margarita Sepúlveda Amor, en la revista Tips de Aeroméxico No. 31 hace cinco años.

Pues nada menos que Catón fue en el encargado de darnos la bienvenida a los casi 300 cronistas que desde las principales ciudades del país habíamos viajado a Saltillo.

Inició parafraseando la historia de Rosita Alvírez, agregándole una segunda parte, más o menos así: Habiendo desobedecido a su madre, Rosita se fue al baile, en donde encontró a Hipólito, a quién desairó y despechado le disparó en tres ocasiones matándola de un balazo. A Hipólito se lo llevaron a la cárcel, purgó una larga condena, al cumplir su sentencia, salió libre y lo primero que hizo fue buscar donde había reventón, así entró a un baile y al andar “tigriando” se dio cuenta de que en una esquina había un grupo de muchachas y ahí estaba Rosilita, la hermanita de Rosita Alvírez.

Las amigas de Rosilita se dieron cuenta y le dijeron “ahí anda Hipólito, el que mató a tu hermana, mejor andá vete a tu casa”. Esta quizo levantarse pero ni tiempo le dio:

Hipólito se le acercó y le dijo: “¿Bailamos, chula?”, la mujer muy viva voltió para verlo retadoramente y directamente a los ojos y enseguida le contestó: “¡Cómo chingados no!”.

La risa y la bulla invadió el Salón de Villa Ferré, y Catón prosiguió: “De esa forma le contesté al gobernador Humberto Moreira, cuando me invitó a estar en el Congreso Nacional de Cronistas, para venir a darles la bienvenida, ¡qué cómo chingados no!

También habló de las ciudades vecinas como Ramos Arizpe y Arteaga en donde dijo que para saber sí alguien era nativo de la última comunidad, subían a la persona hasta el campanario y lo lanzaban al espacio. Si volaba es que era de Arteaga, gracias a las grandes orejas que son características de aquellos pobladores. Catón enalteció a Saltillo, contando una serie de anécdotas humorísticas y pidió que pasearan a los cronistas mexicanos por toda la ciudad, sintiéndose contento por la presencia de cientos de prestigiosos hombres y mujeres procedentes de todo el país. Este párrafo me lo recordó Carlos Gutiérrez Recio, el cronista de Cuatrociénegas.

Rosita Alvírez es uno de los símbolos emblemáticos de Saltillo. Se desconoce el autor del corrido, pero se cree que fue compuesto por los años 1935 o 1936, es conocido a nivel internacional y ha sido objeto de estudio. Por ejemplo, la investigadora del Colegio de México, María del Carmen Garza de Koniecki, realizó un estudio sobre el mismo y dice “El asesinato que ejecuta Hipólito implica no sólo el rechazo de Rosita hacia él sino también la transgresión de la prohibición hecha por la madre. Como Rosita transgrede dos prohibiciones está doblemente condenada… En los corridos con características semejantes al de «Rosita Alvírez» la secuencia de las funciones está estructurada de tal manera que se parte de un supuesto orden social y se termina con el castigo y la eliminación del que ha violado las normas, y esto puede verse claramente en la pareja de funciones prohibición / transgresión-castigo / muerte…de dos reglas contrapuestas entre sí y que afectan a la misma persona: a Rosita. Ella es la víctima que merece un castigo”.

Bueno, pero la noche anterior, fuimos a supervisar el escenario en donde se desarrollaría la inauguración y las lecturas de trabajos en Villa Ferré. Ahí estaba el Secretario de Turismo, Lic. José Luis Moreno Aguirre; el Subsecretario Manuel de Jesús Ramones (primo de Adal), la Coordinadora de Relaciones Públicas y el Responsable de Logística, quienes me sorprendieron por su profesionalismo, ocupándose directamente de cada detalle del congreso. Ahí supe que me tocaría hablar después de Catón, lo cual me preocupó, pues me iba a dejar un público muy elevado y tendría que ser muy interesante mi intervención para que no decayera el ánimo del público; además que hablaría en nombre de todos los cronistas mexicanos, así que me dispuse a hilvanar las más complejas estrategias chiapanecas, vividas en los barrios de San Roque, Niño de Atocha, La Pimienta, San Pascualito y de Villaflores, Villa Corzo, La Concordia y anexas.

Pues les cuento que me fue muy bien, porque logré que los asistentes me aplaudieran en varias ocasiones. Además gané las notas, pues figuré en varios medios locales y nacionales. Pero ¿cómo le hice?, dirán ustedes. Pues fue sencillo, lo primero fue romper con la tónica de Catón, pues en su estilo no hay quien le gane. Lo segundo fue contextualizar el evento para ubicar al público y lo tercero fue decir lo que los cronistas y el gobernador querían escuchar. Conste que esto no es un manual, solo me acordé de algunos consejos que me dio José Muñoz Cota, cuando fue mi maestro allá en el Colegio Nacional de Pentatletas, hace ya algunas decenas de abriles. De manera clara y concisa, logré mantener una atención siempre alta. Destaco aquí algunas cosas que dije.

- Resaltando las bellezas de Saltillo, me comprometí a gestionar para que el Museo del Desierto tuviese un hermano en Chiapas, el Museo de la Selva, en Ocosingo.
- Informar que estamos impulsando una nueva ley de cultura en donde figuren los cronistas, que los puestos de las dependencias encargadas de la cultura sean ocupados por profesionales que conozcan el medio, que se obligue a transparentar el gasto y a rendir cuentas.
- Solicitar la intervención del gobernador para que interceda con los diputados federales coahuilenses para cabildear sobre esta ley.
-
Así el gobernador respondió que en Coahuila, su gobierno, recién les había entregado una Lap Top y una impresora a cada cronista, le pidió al diputado representante del Congreso del Estado que le ayudara para que se aprobara un apoyo económico mensual a cada cronista de 25 mil pesos y que se comprometía a interceder con los diputados federales coahuilenses.

Así que fue todo un éxito mi intervención, pues el gobernador tuvo pauta para dar respuestas concretas.

Cuando volví a estar junto a él, en la mesa de presidum, le dije que muchos íbamos a presentarle solicitud de empleo para el puesto de cronista. ¡Cómo chingados no!. Se rió y me agradeció el ejemplar de mi libro de poemas Vivir, que recientemente me publicó el UNICAH, del cual leyó algunos y me comentó que le gustó mucho el de “Sentidos”; por lo que me invitó a presentarlo en Saltillo. Me comentó además que Chiapas era el único estado del país que no conocía, por lo cual le dije que pronto lo invitaríamos.

Durante mi intervención le entregué la Presea Ahau Kin (el cargador del tiempo) que nuestra asociación otorga a las personas que apoyan la realización de congresos; además de afectuosos saludos (mejor dicho saludes) y un obsequio de productos chiapanecos, enviado por su amigo y homólogo, nuestro gobernador Juan Sabines Guerrero. Todo esto quedó consignado en cientos de notas que se publicaron en otros tantos diarios del país y del extranjero.

Al final saludé a Catón, recordándole su visita a Villaflores en enero pasado, con motivo a la inauguración del Centro Cultural de la Rial Academia de la Lengua Frailescana, el cual recuerda muy bien.

Por estas y otras cosas que hacemos los cronistas es que decimos que estamos ofreciendo una nueva imagen de Chiapas, pues cuando fuimos a Matamoros algunas personas nos dijeron que ellos pensaban que los chiapanecos eran como las “maras salvatruchas” que rondaban las fronteras y no como esos ya famosos cronistas chiapanecos.

¡Cómo chingados no!

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Villaflores......Tan rial

Villaflores......Tan rial
Mejor que nunca.........