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8 de septiembre de 2009

CHIAPAS: Un hombre sabio, Fernando Pavia


UN HOMBRE SABIO: FERNÁN PAVÍA
(Bien leído y escribido)

Marco A. Orozco Zuarth

Presidente del Consejo Consultivo de la Asociación Nacional de Cronistas de Ciudades Mexicanas, A.C.

Esta crónica la debí haber escrita y publicada desde hace un año (o sea que diuuuuures); sin embargo, la carga de trabajo, los compromisos culturales y todo el trajín que he tenido no me dejaron. Pero cuando al Doctor Pavía se le entregó la Medalla Rosario Castellanos comprendí que ya era inaplazable.

Resulta que, en una de mis andanzas, hace como un año encontré un libro titulado Pinceladas de historia. Personalidades de México del Siglo XX, cuya autora es Guadalupe Appendini, publicado por editorial Porrúa, en el año 2007. Pues en ese libro figura el Doctor Fernán Pavía Farrera, junto con personalidades de la talla de Alfonso Caso, Agustín Yañez, Andrés Henestrosa, Francisco del Paso y Troncoso, José Vasconcelos, Juan Pablo II, Martín Luis Guzmán, Ramón López Velarde, Salvador Azuela y Vito Alessio Robles. Nadita ¿no? El único chiapaneco que aparece en el libro. ( Es que tá bien leído y escribido diría doña Chonita).

Se trata de un libro de entrevistas en donde sus entrevistados hablan de arte, de historia, política, costumbres, religión, teatro y de las demás diversas expresiones y vivencias personales de aquellos que han dejado huella en la historia de nuestro país.

Compilación de sus entrevistas a lo largo de muchos años en el Excélsior, la autora dice: “En este libro, como un testimonio de mi labor periodística, se encuentra recapitulado el pensamiento de grandes personalidades del mundo intelectual, artístico, científico y humanitario, a quienes tuve la oportunidad de conocer. Mediante artículos y entrevistas quedan revelados sus dotes, su ingenio, sus ideas y expresiones como un ejercicio contra el olvido de aquellos que contribuyeron a escribir la historia de este país”.

No puedo explicarles la sensación de gusto que me dio al encontrar en la página 269, el artículo titulado Fernán Pavía Farrera. Habló sobre el mito del ámbar, en el cual se refiere a uno de sus libros que lleva por título Ámbar prehispánico de Chiapas, en el cual refuta a Bernandino de Sahagún y a otros historiadores, sobre el mito el ámbar creado por el Virrey de Mendoza y Sahagún, el cual elevaron a la categoría de historia, siendo aceptada por cronistas e historiadores del siglo XVI.

En un segundo libro, publicado con el apoyo del Consejo Ciudadano para la Cultura de Tuxtla Gutiérrez, del cual tuve el honor que mis compañeros creadores me nombraran coordinador, el Doctor Pavía extendió su investigación. En efecto en el libro titulado Chiapas y Guatemala en documento indígena prehispánico. La Matrícula de Tributos de Montezuma, realiza una novedosa interpretación que goza ya del reconocimiento internacional y establece nuevas bases para los cimientos de nuestra historia. En otro libro, que está por publicarse, analizará el Códice Mendocino en donde nos dará a conocer los errores que cometieron el Virrey de Mendoza y sus historiadores y de donde muchos han tomado como referencia transcribiendo e incrementando estos errores.

En los últimos años he tenido la suerte de acompañar al Doctor Pavía en la odisea por dar a conocer sus hallazgos y cada vez me sorprende más; por eso es que afirmo que es un hombre sabio y así lo dije en un justo homenaje que le realizó el ayuntamiento tuxtleco, ya presidido por Jaime Valls y del cual me traslado aquí una parte.

Un hombre sabio

La tradición oral ha sabido definir a los hombres que por sus conocimientos y sus acciones han merecido el reconocimiento de sus semejantes y han trascendido a los tiempos. De la misma manera, en la literatura universal encontramos varias definiciones cuyos famosos autores se han preocupado por describir a estas personas que comúnmente les llamamos sabios.

Decía Thomas Fuller que: “El hombre sabio, incluso cuando calla, dice más que el necio cuando habla”. El Dr. Pavía no se muestra, por eso resplandece. No se vanagloria, por eso sobresale.

William Shakespeare afirmó en una ocasión: “El sabio no se sienta para lamentarse, sino que se propone alegremente a su tarea para reparar el daño hecho”. El Dr. Pavía trabaja para hacer realidad sus proyectos, él no espera premios, ni se lamenta por no obtenerlos, aún cuando se los merece a creces.

Porque como dijo Francisco de Quevedo: “No es sabio quien sabe donde está el tesoro, sino quien trabaja y lo saca” y es que la capacidad de trabajo del Dr. Pavía es admirable, tanto como escritor, como médico, como investigador, como científico, como compañero y como persona, por eso ha destacado en todos los ámbitos en que ha incursionado en diferentes etapas de su vida.

De una vida rica en experiencias, que recuerda con extraordinaria lucidez. “La sabiduría es hija de la experiencia”, dijo Leonardo da Vinci.

En el ágora de la clásica Atenas, el filósofo Aristóteles, decía a sus discípulos: “El sabio no dice nunca todo lo que piensa, pero siempre piensa todo lo que dice”. El Dr. Pavía no se exalta, por eso merece elogio. Nunca ofende y nunca halla motivo para rechazar a nadie. Sus palabras siempre dicen lo que esperan oídos ansiosos de respuestas.

No podía faltar el filósofo chino Lao-tse, cuyas máximas han trascendido a lo largo de los siglos, quien señalaba: “El sabio es feliz al vivir, es bondadoso y armoniza con todos, es sincero al hablar, equilibrado y recto en el trabajo y en la vida. Cuando acaba su obra, se retira oportunamente, su respiración es fresca como la de un niño, y busca siempre beneficiar a los hombres”. Así ha sido la trayectoria científica y cultural del Dr. Pavía. Es humilde y se mantiene íntegro. Permanece independiente, aunque viva rodeado de gloria y esplendor nunca pierde la paz.

Podríamos seguir, pero con lo anterior considero que es suficiente para afirmar que estamos frente a un hombre sabio.

Como buen sabio se da cuenta de las cosas que para los demás pasan inadvertidas, y estima por igual las grandes y las pequeñas. Por eso ha realizado investigaciones históricas que develan misterios o reviven polémicas sobre temas ya olvidados. El Dr. Pavía es un paradigma para los que aspiramos a trascender. Él nos ha enseñado a hurgar en los archivos para reinterpretar nuestra historia.

Vuelvo a señalar aquí que aún no hemos valorado en su totalidad las contribuciones que este personaje ha hecho. Invito a leer y a releer sus obras para encontrar la sustancia que aplicando el método científico en la investigación nos ha legado.

Sus obras, ya señaladas, han traspasado las fronteras nacionales, instituciones mexicanas, guatemaltecas y estadunidenses se han interesado en ellas. En los próximos años, seguramente se les dará el reconocimiento que merecen.

Finalmente permítanme reconocer la acertada decisión del Ayuntamiento tuxtleco por homenajear a uno de los hijos ilustres de Tuxtla Gutiérrez.

Ahora a dos años, de que afirmé lo anterior, me doy cuenta de que no estaba yo equivocado. El Congreso del Estado ratificó lo dicho al otorgarle la Medalla Rosario Castellanos, acción que fue muy aplaudida por toda la ciudadanía, no sólo el medio intelectual. Así deben entregarse siempre estos premios, que no quede dudas. Bien por el UNICACH y su incansable rector Ingeniero Roberto Domínguez Castellanos, que sabe reconocer y proponer a nuestros valores. Los que asistimos al evento aún llevamos grabado el estruendo de los aplausos cuando el Gobernador Juan Sabines Guerrero le colocó la prestigiada presea al médico-cronista. (“Aplaudidera aquea de toda la plebe”)

Dos semanas antes la Asociación Nacional de Cronistas de Ciudades Mexicanas le había otorgado su máxima presea, la Medalla Renán Irygoyen Rosado, en Saltillo, Coahuila, ante cientos de colegas que le reconocen su trabajo.

Ahora, sólo falta que las autoridades de salud le apoyen y reconozcan su método para curar el asma, esperemos que pronto nos dé más sorpresas.

Por lo pronto el próximo lunes 7, presentará su nuevo libro sobre Historia de la Medicina en Chiapas, auspiciado por el CECYTECH, que dirige el Doctor Herminio Chanona, seguramente será otra gran obra que nos lega nuestro querido doctor Pavía.

Como diría Roberto Fuentes (el Señor de los Muertos) y Marycarmen Fábregas: ¡es mi amigo…mi amigo!. ¡idiay pue no querés!

El otro lunes hay me leés otro uno, si no sale el lunes, sale el martes, si no el miércoles, pero tiene que salí. ¿Viste?

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Villaflores......Tan rial

Villaflores......Tan rial
Mejor que nunca.........